El objetivo que nos ponemos con los pacientes de baja visión es poder aprovechar al máximo el resto visual que les queda mediante diferentes tipos de ayudas ópticas, como son las lupas, microscopios, telescopios y filtros.
En muchas ocasiones los pacientes refieren deslumbramientos o visión en neblina que les impide ver con nitidez todo aquello que no tiene un contraste máximo (blanco sobre negro). Para estos casos existen filtros específicos como los polarizados que ayudan a aumentar el contraste y con ello la visión y autonomía del paciente.